HISTORIA DE COCHABAMBA

 COCHABAMBA "MI LLAJTA"

Hechos históricos fundamentales

  • Configuración de una estructura urbanística desordenada e improvisada, generalmente basada en el uso ilegal de la tierra.
  • Guerra del Chaco, genera en Cochabamba de la idea de que la nación es algo más que el entorno del valle, permite configurar un nuevo panorama comercial y político para la región.
  • Surgimiento de burguesía comercial urbana, producto de los constantes conflictos con la organización campesina en el campo, muchos terratenientes empiezan actividades comerciales en la región, sobre todo en el campo de textiles y boticas, además de comidas. Lo llamativo de este surgimiento es que se configura como una burguesía sin capacidad de planificación, ni ansias de crecimiento, no explora los mercados de otros departamentos y se estancan en pequeñas inversiones que heredan a sus descendientes.
  • Redes de poder clasistas y racistas hasta 1950, la región se caracterizó por presentar una élite agraria con posturas conservadoras hasta después de la guerra del chaco, pues asumían su poder sobre la tierra como algo heredado que no debía cambiarse.

La región estaba desintegrada en términos económicos, geográficos, sociales y culturales, las catorce provincias se comunicaban débilmente por caminos casi impracticables ,la circulación de productos era precaria y costosa y afectaba al valor de la tierra, pocos terratenientes poseían tractores, camiones y maquinaria agrícola, no mejoraban sus instalaciones (cf. GORDILLO 2007: 15).



Cochabamba ha recordado en el 2010 los doscientos años de su gesta libertaria, lo contradictorio de este festejo es que, mientras otras ciudades de Bolivia y de Latinoamérica desarrollaban extensas agendas de actividades para enaltecer el bicentenario, en esta tierra no se ha sentido ningún trabajo institucional que pueda destacarse como un verdadero aporte para rememorar una fecha como ésta.

El dato mencionado líneas adelante nos lleva a reflexionar el por qué se produce una suerte de incapacidad colectiva de unir esfuerzos para hacer memorable la propuesta regional.... la respuesta está en la identidad cochabambina y su idiosincrasia.... incapaz de promover acciones unidas bajo una visión positiva de la tolerancia y la diferencia.

El presente artículo resume una investigación realizada en torno a los doscientos años de la gesta libertaria en Cochabamba desde una perspectiva histórica, semiológica y social. En otras palabras, pretende acercarse a configurar la historia no contada ni aceptada de la ciudad y el uso de los espacios públicos de forma simbólica por los actores sociales que han ejercido diferentes redes de poder a lo largo de los procesos, del último siglo principalmente, en función al uso de los espacios urbanos.

La ciudad Bicentenaria y sus formas de significación

En un previo artículo que abordaba el presente tema sin llegar a desarrollarlo completamente se encontraba una definición de los espacios urbanos desde una perspectiva semiológica y social. Es importante acudir a clarificar los conceptos desde los que abordaremos la problemática del manejo del territorio en la urbe bicentenaria y las relaciones de poder al interior de su dinámica cotidiana.

"Semiología es la ciencia que tiene por objeto de investigación todos los lenguajes posibles, su utilidad fundamental radica en hacer posible la descripción y análisis de la estructura sígnica de objetos, procesos o fenómenos en categorías de clases organizadas" (cf. SANTAELLA 1983).

Si abordamos el concepto de semiología, debemos, reiteradamente, defender en ella su capacidad de concebir como texto absolutamente todas los significantes y los sistemas de signos; es así que la ciudad puede ser leída como texto, las acciones sociales en los espacios urbanos también se conciben como textos y puede aplicarse metodologías de análisis a esos fenómenos que servirían para el análisis de textos.

No podemos olvidar la noción de que los espacios urbanos sólo adquieren sentido en función a las acciones sociales y simbólicas que se desarrollan en ellos, es así que una plaza en un barrio marginal sólo adquiere sentido en las apropiaciones y usos que los actores sociales realizan en él. Un ejemplo puede ser el hecho de que la plaza sea inaugurada con pompa política pero que después sean los jóvenes y los niños los que se apropian de ella o que la comunidad la convierte en un escenario de regocijo al hacerla escenario de sus fiestas populares y de sus formas de organización social y política.

También puede producirse la transformación simbólica de un escenario público, nacido o construido con una intencionalidad y transformado en su connotación por una acción colectiva, violenta o no, este fenómeno lo podemos identificar en el caso de los usos simbólicos de la plaza principal o del puente de Cala Cala en Cochabamba pues sus usos han variado constantemente en estos doscientos años de vida en "libertad" pero siempre dependiendo de la coyuntura social, política y económica de cada momento. Si en algún caso la plaza es un escenario para la fiesta y el regocijo como sucede en la noche final del año, en la mayor parte de los casos la plaza es el escenario de confrontación ideológica y de toma simbólica de la ciudad, tal y como sucedió con la "Guerra por el agua" durante el 2000 y cuyos actores fundamentales fueron los guerreros del agua, quienes se apropiaron de la plaza durante todo el conflicto, actores organizados callejeramente y legitimados sólo para la resolución de ese conflicto ciudadano.

Sin embargo, no puede perderse de vista que un análisis semiológico del espacio urbano debería incluir los tres niveles de análisis de signos fundamental que se expresan en: el nivel sintáctico, el semántico y el pragmático. Una aplicación de los tres niveles a la ciudad de Cochabamba incluiría en el nivel sintáctico, el mapeo específico de toda la ciudad y sus barriadas periféricas, su estructura por circunscripciones, su conformación por ejes de ordenamiento territorial, entre otros.

En el campo semántico un análisis pormenorizado nos llevaría al escenario de los significados y de los simbolismos, en este caso significa una investigación con una serie de técnicas que incluyan la alusión a lo histórico y a los significados latentes en el entorno, por zona y por edificación, requeriría el estudio arquitectónico, estético, social, ideológico y económico de determinados monumentos e inmuebles además de calles, para indagar sobre sus usos y los significados que éstos le atribuyen a cada uno de ellos.

Finalmente el análisis pragmático debería tomar en cuenta la investigación histórica, institucional, sociológica, de percepción ciudadana, de los movimientos sociales, de los actores ciudadanos y de sus relaciones con el espacio urbano, su recorrido debería llevar hacia las identidades construidas al interior de las relaciones del hombre con su ciudad.

Esos tres niveles deberían ser analizados en conjunto para realizar un verdadero estudio semiológico urbano y podrían dar lugar a la proyección de estrategias de desarrollo urbano con variantes de inclusión, apalancamiento de iniciativas productivas y sociales, fortalecimiento de ejercicio ciudadano además de ordenamiento territorial.

Sobre lo mencionado anteriormente se debe señalar que el aporte sustancial de lo semiológico puede aplicarse a diversos campos de la vida social, la semiología por sí sola debe verse como instrumento para acercarse a la realidad desde diferentes ópticas pero utilizada de manera integral, apoyada en otras ciencias sociales puede convertirse en un instrumento magnífico de diagnóstico para la planificación posterior.

En ese marco conceptual, que se ha iniciado en el campo semiológico, debemos señalar el concepto de espacio urbano, en el cual "la ciudad es un espacio donde ocurre todo tipo de actividades, tanto de producción como de intercambio, consumo y administración, y este espacio es producto de una determinada estructura social" (GONZALES 1999: 90).

La estructura social en el espacio urbano es la que determina los tipos de apropiación de los espacios públicos, sea para actividades de entretenimiento o para acciones políticas de construcción de hegemonía y lucha contra la subordinación.

La ciudad es un artefacto complejo creado por el hombre en su práctica social, esa práctica le atribuye uno o múltiples sentidos, todo ello depende del tipo de actor social que se apropia de un espacio o de la coyuntura histórica que define las relaciones a establecer con ese espacio, generalmente se atribuye dos usos constantes el de regocijo o el de resistencia.

La primera connotación que es la de regocijo tiene fuerte relación con la idiosincrasia regional, generalmente se usa ese espacio de la calle para el disfrute de los momentos de ocio o de la búsqueda de entretenimiento colectivo o grupal o, en el segundo sustantivo, el de resistencia, cuando el espacio público se convierte en escenario de confrontación social, política o ideológica para luchar contra la subordinación propia y la hegemonía de los "otros".

La idea anterior se expresa en un grafiti que señala la lucha por el territorio en condiciones de hegemonía, derecho por el cual se debe luchar para confirmarlo y legitimarlo.


"La plaza es nuestra" firman las palomas

"La ciudad, al comprender en sí la evolución social de diversas culturas urbanas contiene también la historia, es decir la acumulación de tradiciones, vivencias, objetivos y aspiraciones de las comunidades cuya vida circunscribe físicamente en su tiempo." (SEGRE 1995: 117)

El aporte de Segre nos permite entender que el espacio urbano es el conjunto articulador de la diversidad cultural, los procesos migratorios propios de todas las sociedades nos han llevado a la modificación de las circunstancias históricas, sociales y demográficas en cada tiempo, es así que ya no puede señalarse aspectos muy específicos como parte de la tradición "pura" de una región concreta. En el caso de Cochabamba, el configurarse como una tierra de albergue de corrientes migratorias diversas, también ha provocado que se experimente modalidades diversas de identificación y de formas de pertenecer a la identidad cochabambina.

En estos espacios deberían establecerse e identificarse las prácticas discursivas (Foucault) que se definen como práctica que forma sus objetos, pues se producen condiciones y circunstancias históricas para el desarrollo de un haz complejo de relaciones definidas por la acción de instituciones, procesos económicos y sociales, formas de comportamiento, sistemas de normas entre otras.

En ese escenario, la ciudad de Cochabamba ha desarrollado estrategias discursivas marcadas por las jerarquías sociales, ese fenómeno se ha trasladado al uso de los espacios públicos, un ejemplo de ello es la connotación que los cochabambinos tienen del espacio conocido como El Prado o el Paseo de la Alameda, escenario rural en el siglo XIX, donde empezaron a asentarse los primeros migrantes alemanes que llegaron a la región y que desarrollaron una economía productiva basada en la preparación artesanal de cerveza, comercializada en estancias de la zona y a la cual sólo podían llegar los "caballeros" de alto linaje, generalmente en carruajes con su servidumbre que debía esperarlos hasta el final de la velada.

Para reforzar ese uso elitista del paseo del prado se construyó el Arco de la Alameda, pretendiendo aludir al Arco del triunfo en París, ese arco se convirtió en un símbolo del status y de la selectividad social que caracterizaba a ese espacio público y que en la actualidad se mantiene pese al empuje territorial de los sectores populares que, a través del comercio, se ha apropiado de varios lugares antes vetados.



HISTORIA DE COCHABAMBA REVOLUVION




  • Reforma agraria 1952 y la Revolución Nacional

La toma del poder por Movimiento Nacionalista Revolucionario en 1952 ocasionó que en Cochabamba terminara por instituirse la distribución de tierras desde el Estado y mediante el sindicato campesino, aspecto que expulsó definitivamente a las élites criollas del campo y las llevó a la ciudad. En el campo se prohibió la tenencia de tierras en propietarios que no fueran campesinos, ese detalle determinó que la inversión privada jamás retornó al agro en la región.

A nivel nacional se promovió acciones fundamentales para el desarrollo de occidente, principalmente de La Paz con el apoyo de su industrialización y creación de un sector privado protegido por el gobierno y en el caso del oriente "con la creación de una clase terrateniente beneficiada con el mantenimiento de sus propiedades y con créditos financieros" (GORDILLO 2007: 19).

Para Cochabamba no existió un proyecto de la Revolución Nacional, se permitió que los sindicatos fueran los poseedores de las tierras y que los terratenientes fueran "desarraigados de sus tierras y que se instaurase un tipo de vida cotidiana sin respeto por la ley y el orden, que poco a poco fue moldeando una particular cultura social y política en la región sin identidad definida, sino con resultados híbridos que se van produciendo en cada coyuntura convulsionada" (GORDILLO 2007: 20).

Ese punto observado por Gordillo se verifica aún hoy en el espacio Cochabambino, la identidad sin definición, sin características reales e identificables, la falta de una idiosincrasia cochabambina que se vehiculiza en todos los aspectos.

Las instituciones económicas como la propiedad de bienes, los mercados de trabajo y las relaciones de cambio de la moneda fueron afectadas y deterioraron la estabilidad de la economía regional. La producción rural y urbana en el departamento se realizó sin contexto social y político vacío de toda institucionalidad, sin ley ni orden que condujera el comportamiento ciudadano. (GORDILLO 2007: 21).

En definitiva, la Revolución Nacional produjo en Cochabamba fenómenos que perduran en el tiempo y que paulatinamente han caracterizado la forma de actuar y pensar del ciudadano común a nivel regional.




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